Prefacio.
En el prefacio expone los objetivos principales de su trabajo:
1) Es un estudio acerca de la tecnología y el cambio social en la Edad Media europea, y que se centra en tres ámbitos: orígenes de la aristocracia secular; dinamismo del campesinado en la temprana Edad Media; por último esbozar el contexto tecnológico de la primera etapa del capitalismo en Europa
2) La clase de fuentes que han de utilizarse para el estudio de “sectores del pasado” no documentados.
3) Demostrar las influencias orientales en Europa que posibilitaron el desarrollo tecnológico.
El estribo, el combate con carga de caballería, el feudalismo y la caballería.
El caballo siempre se vio asociado desde la Antigüedad a la batalla, y suponía una ventaja para el guerrero que lo poseyese, el perfeccionamiento de las técnicas referentes al caballo supondrían cambios sociales y culturales grandes.
La aparición del estribo supone un antes y un después en el uso del caballo como elemento bélico. Antes de la aparición del estribo, el empleo y el manejo de la espada y la lanza quedaba en manos del equilibrio y la pericia del jinete, carente de un apoyo que le permitiese describir con perfección los movimientos que esas armas requerían. La aparición del estribo proporcionó un apoyo al jinete que le permitía no solo golpear a su enemigo con la fuerza de sus músculos, sino que lo hacía con toda la fuerza de su peso y el del animal.
Para el autor, la parición del estribo permitió de manera rápida, el combate con carga de caballería, una nueva y revolucionaria manera de combatir.
1- La teoría clásica de los orígenes del feudalismo y sus críticos.
El autor recoge una serie de tesis que han venido, desde 1887, teorizando acerca del surgimiento del feudalismo.
El primero de ellos es Brunner, que establece el origen del feudalismo en la asociación a la antigua costumbre de jurar lealtad a un jefe, de la concesión de una propiedad o beneficio. Esto justificaba la expropiación de tierras de la Iglesia por parte de Carlos Martel, (siglo VIII) para la entrega de ese beneficio al creciente cuerpo de caballería que se estaba formando, a raíz, también del paso de una infantería a pie a otra a caballo. Brunner pone como punto de inflexión para este proceso la batalla de Poitiers contra los árabes en el 732, que supuso un gran impulso para el desarrollo de esta caballería.
Las críticas a Brunner vinieron de los que negaban ese proceso de cambio de infantería a caballería con Cartel Martel, más bien estableciendo un proceso de cambio desde el fin del Imperio Romano hasta la época de Carlomagno. Además se añadía que siempre serían más numerosas las tropas de infantería.
White establece que el empleo de la caballería en los primeros siglos del cristianismo se bebió sobre todo a dos innovaciones que aportaron mayor efectividad en el guerrero montado. El primero fue la aparición de la silla de montar en el siglo I a.C., que permitió más estabilidad al jinete, no tanto en los laterales como el impedir que se cayese por la parte trasera del caballo. La segunda fue la aparición del “caballo pesado” (siglo I a.C.), antepasado de los actuales caballos, y que permitía el transporte de un soldado con armadura (también pesada).
También White hace referencia al uso de la caballería en el reino visigodo, y siguiendo a Claudio Sánchez Albornoz, se afirma que existía una tradición de caballería desde la época celtíbera, pero que no fue el arma principal de las huestes visigodas.
Brunner, afirma en su teoría que no se puede hablar de feudalismo como tal hasta mediados del siglo VIII, como también consideró Sánchez Albornoz en sus coloquios sobre “España y el Feudalismo Carolingio”. También hubo historiadores de las instituciones que intentaron afirmar que la asociación entre vasallaje y beneficio era anterior al siglo VIII, pero esta postura fue rebatida por los defensores de Brunner en el sentido de que no importa tanto cuando apareciera sino cuando se produjo su difusión realmente, y en esto parecen coincidir que fue en el VIII.
La polémica historiográfica llega más allá y se pregunta por qué Carlos Martel y sus sucesores confiscaron las tierras a la Iglesia, desafiándola, para poder entregar el beneficio a sus caballeros.
Esta cuestión vendría a desbaratar las tesis de Brunner, puesto que este ponía la batalla de Poitiers como punto de inflexión en el proceso de la creación de una caballería, al afirmar que Martel procuraba aprovisionarse de una ejercito de caballería, como método para poder contener a las caballerías musulmanes en su resistencia.
Esta apreciación para White es errónea, porque a lo largo de la historiografía se ha mitificado de laguna manera el alcance de dicha batalla, cuando hoy parece que ni el propio Carlos Martel le prestó demasiada importancia, y no concentró su poder contra el Islam hasta después de haber consolidado su propio reino. Así pues esto indica que no fue la batalla contra los musulmanes lo que provocó la confiscación de tierras y la aparición de una caballería. Además, en 1955, se estableció que la batalla de Poitiers no fue en el 732, sino en el 733, por lo que considerando que en el 732 Carlos Martel inicia la confiscación de tierras eclesiásticas, empezando por las del obispo de Orleáns, se puede asegurar que no fue el peligro musulmán lo que desencadenó una trasformación en las milicias francas, ni la introducción del feudalismo.
A este respecto, White va a hacer una última consideración, y es que Sánchez Albornoz ya afirmó que el desarrollo de la caballería en las tropas musulmanas de la Península Ibérica, no se produjo hasta la segunda mitad del siglo VIII, y de manera escasa, por lo que también es errónea esa concepción de Brunner acerca de los ejércitos musulmanes.
De esta manera no se puede considerar esa transformación de la caballería franca y del origen del feudalismo más que desde el punto de vista de la casualidad histórica o una exigencia no lacrada. Pero White introducirá, para explicar ese cambio, la irrupción de un nuevo elemento tecnológico: el estribo.
2. Origen y difusión del estribo.
Las primeras referencias que se tiene sobre el estribo aparecen en India en el siglo II a. C., donde se tiene constancia de un estribo de dedo gordo, que difícilmente pudo proliferar en las zonas frías, al tener que llevar el jinete el pie descubierto. Precisamente al noroeste de India, en la zona del actual Pakistán y Afganistán, las culturas allí residentes se esforzaron en encontrar soluciones para ese estribo de dedo gordo, utilizando una especie de gancho a modo de estribo, pero que por no permitir soltar el pie del jinete en caso de caída y consiguiente arrastre, tampoco dejó mucha huella.
Lo que se puede considerar como un estribo de pie provendría de China; en el siglo V d. C. tenemos las primeras menciones literarias del estribo, por lo que se podía conocer con anterioridad, teniendo testimonios gráficos a partir del siglo VI. A partir de ese siglo o antes se extenderían a Corea y Japón.
Otra problemática que se plantea es la dela difusión de estos estribos a las culturas de jinetes nómadas del Asía Central. La problemática viene por la inexactitud de las dataciones sobre elementos arqueológicos hallados en la zona. Por tanto White concluye que no se puede establecer la presencia del estribo en estas zonas antes del siglo V, ni después del VIII.
Para la zona del Irán, también hay problemática en torno a la datación de la aparición de los primeros estribos. Si bien los testimonios gráficos son escasos por la negativa de los musulmanes a representar la figura humana, los testimonios literarios son más abundantes. Para el siglo VII se estableció en esta literatura el uso del estribo de madera, pero White aclara que no será hasta el 694, fecha en la que los musulmanes entraron en el Irán, hasta cuando estos musulmanes conocieran el estribo, existente en la zona de Persia por los contactos con el Turquestan.
Esta proliferación del estribo por Asía Central, sería para White, la que llegaría a Occidente. El trasvase del estribo de Oriente a Occidente vendría a través de Bizancio, siendo en el Strategikon donde se hace referencia por vez primera al estribo en Bizancio. También hay controversia acerca de la fecha del Strategikón, ya que algunos lo fechan en el siglo VI, mientras White parece estar más de acuerdo con aquellos que la fechan en el siglo VIII. El autor también se refiere a quién introduciría los estribos en Bizancio, y si desde un principio se creyó en los ávaros, White aduce una serie acontecimientos, vínculos y fechas que le llevan a concluir que el estribo pasó a Bizancio en el siglo VIII. Después no se aclara de donde provendría.
Para el caso merovingio y de la Europa Central, el estribo también apareció en el silo VIII, pero hay también obstáculos para poder saber como fue la difusión y profusión del estribo en Occidente. Uno de esos obstáculos es la ausencia de pinturas de arte cristiano que reflejen de modo claro la realidad, ya que según el autor se basan más en modelos heredados de valor simbólico.
Pero la arqueología y no la historia del arte, dice White, es la que debe de fechar el inicio de la introducción del estribo en el reino merovingio, y es la arqueología la que determina que fue en el siglo VIII, en concreto en la primera mitad del VIII, coincidiendo con la mayordomía de Martel, cuando se produjo esa introducción. Para White, el indicio más claro de esto es la modificación de las armas a una nueva caballería de carga total, como la fue la del alargamiento de las espadas a nuevas y preciadas lanzas. El perfeccionamiento tecnológico llegó a concebir en la propia lanza un objeto que la atravesase impidiendo así un corte demasiado profundo en el adversario que dificultaría la recuperación de la lanza por parte del atacante; es la “lanza alada carolingia” del siglo IX.
White vuelve a repetir que esta innovación no es posible sin la aparición del estribo, pues esta permitía al jinete un apoyo, para sus piernas, y estas a su vez para la lanza. Es una nueva concepción de la guerra, que a la vez, para White aceleró el proceso del feudalismo, en el sentido de que gracias a la aparición del estribo, o de innovaciones tecnológicas en general, fue posible la proliferación de una caballería que llevaba asociado la entrega de un beneficio, en concreto un terreno, que Carlos Martel sacó de la expropiación de los bienes eclesiásticos.
3. El combate con carga de caballería y la modalidad de vida feudal.
White afirma que la caballería medieval tiene su origen en los cambios tecnológicos del siglo VIII. Esta caballería formaba parte de la clase feudal europea, que creo una cultura en torno a unos valores concretos, vinculados a su estilo de combate y con paralelismos entre los eclesiásticos.
White considera que a la altura de mediados del siglo VIII, la burocracia merovingia era inútil y no hacia posible que se recaudasen impuestos de una manera correcta, por lo que la posesión de la tierra era la base fundamental de riqueza. A la vez que esto se estaba produciendo la aparición de una nueva y costosa caballería, que requería de nuevas tierras para entregarlas a los caballeros en concepto de beneficio por su prestación a la batalla.
Se trata de una forma costosa de hacer la guerra porque conseguir un caballo y mantenerlo era muy costoso, además de las nuevas armaduras más pesadas y más caras. Suponía esto un gran esfuerzo económico, por lo que es obvio considerar que la caballería se convirtió en un oficio de clase, que solo podían desempeñar unos pocos y que generó una primera división social que luego se plasmó en la legalidad.
Significó además que ya no se concebía el modo de lucha germánico, en el que todo hombre libre era un soldado. La caballería de carga total exigía un entrenamiento técnico y el conocimiento de las nuevas armas, como serán una lanza más larga o el manejo de un escudo más largo y con forma puntiaguda para cubrir mejor la pierna izquierda del guerrero.
Desde el reino franco, se extendió la modalidad de la caballería de carga total hacia el resto de Europa. En Italia llegó a fines del siglo VIII, a Bizancio en el siglo X. También el Islam se vio afectado por estas innovaciones tecnológicas, presentes en sus ejércitos desde el siglo XI. En la Península Ibérica, con los comienzos de la Reconquistas, los caballeros cristianos del norte copiaron las formas de los francos, y fueron estos caballeros hispanos los que irradiaron las nuevas formas de combatir a los andalusíes, que tuvieron que desplazar sus propios usos bélicos para hacer frente a la pesada caballería cristiana.
Para Inglaterra la introducción del estribo vino por el enfrentamiento entre el rey sajón, Haroldo II, y Guillermo el Conquistador, duque de Normandía. Fue Guillermo el que portaba el estribo, procedente del ámbito franco. La victoria de Guillermo en Hastings (1066) dio lugar a un nuevo reinado en Inglaterra, que sustituyó los usos militares existentes, que procedían del siglo VII, por los que se habían desarrollado ya en el siglo XI. Para White esto tuvo la consecuencia de crear una de las potencias europeas más boyantes a fines del siglo XI.
Para White “pocos inventos han sido tan sencillos como el estribo, pero pocos ejercieron una influencia tan catalítica en la historia. Las necesidades de la nueva modalidad de guerra que el estribo hizo posible hallaron expresión en una nueva forma de sociedad europea occidental, dominada por una aristocracia de guerreros a quienes se concedían tierras para que pudiesen combatir con un estilo nuevo y altamente especializado.... esta nobleza creó formas y pautas culturales de pensamiento y emoción que respondían a la modalidad del combate con carga de caballería y su posición social”.
La revolución agrícola en la alta edad media.
La agricultura ha sido la base de la economía por lo menos hasta fines del siglo XVIII, y habría que matizar distintos ámbitos de Europa en los que en el siglo XIX e incluso en el XX la agricultura continuó siendo una actividad económica fundamental. Por tanto, cualquier cambio que afectara a la tierra afectaría a la sociedad entera, como pueda ser el clima, la escasez de agua...aunque White viene a decir que también cambios en el utillaje utilizado proporcionaran también cambios en la sociedad. White asegura que en la Edad Media se utilizó más hierro en los utillajes agrícolas que en cualquier otra civilización anterior, lo que hizo que la figura del herrero se convirtiese en fundamental en las aldeas rurales.
1. El arado y el sistema solariego.
El arado s uno de los utensilios imprescindibles en las tareas agrarias. Para White significó la primera aplicación de energía no humana a la agricultura.
White diferencia claramente dos tipos de arado, y cada uno relacionado con un ámbito distinto de Europa:
a) Arado liviano: formado por un palo excavador, movido por dos bueyes, utilizado en zonas más secas, como las del Mediterráneo. Por el tipo de arado que realiza, es necesario arar cruz, por lo que los campos en los que se utilice este arado tendrán una forma cuadricular. Para zonas no húmedas este tipo de arado es útil, pues al pulverizar la tierra por el arado en cruz, contribuye a evitar una indebida evaporación de la humedad y a mantener la fertilidad de los campos por sacar a la superficie las sustancias minerales del subsuelo.
b) Arado pesado: en las zonas más húmedas, donde la tierra es más compacta, la utilización del arado liviano es inútil, por lo que se tuvo que crear un tipo de arado diferente, más pesado. Este arado pesado se comenzó a utilizar en el siglo I d.C., en las zonas del norte de Europa y que se formaba de tres partes: 1) reja o cuchilla pesada insertada en un travesaño, que permite cortar los terrones hundiéndose en ellos verticalmente. 2) reja chata que forma ángulo recto con la anterior y que corta horizontalmente la tierra. 3) una vertedera destinada a rebatir los terrones hacia la derecha y la izquierda. Este tipo de arado más pesado tenía ruedas, que hacían más fácil su transporte por el campo y ayudaba a los animales de carga a transportarlo. Como es lógico se hizo insuficiente un par de bueyes o mulas, por los que se hacía necesario hasta ocho.
Además de estas características, White establece una serie de ventajas del arado pesado sobre el liviano:
1) El arado pesado removía los terrones con más fuerza, por lo que no era necesario arar en cruz. De esta forma ahorraba tiempo al campesino, reemplazaba energía humana por animal, y permitía al campesino cultivar áreas más extensas de tierra.
2) Esta nueva forma de arar hizo que la forma de los campos se modificara, pasando ser cuadrados a ser alargados, al no tener que arar en cruz.
3) Este nuevo arado pesado facilitó el arado y cultivo en tierras bajas de aluvión, más densas y ricas en minerales y nutrientes, que proporcionaban al campesino mejores rendimientos.
Para White, la introducción del arado pesado tuvo unas consecuencias inmediatas sobre el campesinado septentrional, como fue la aparición de un excedente agrícola por las mejores cosechas; el crecimiento demográfico, consecuencia de esa acumulación; la especialización de funciones; la urbanización, y al aumento del tiempo libre.
Pero también tuvo otras consecuencias que White califica de revolucionarias. La introducción del arado pesado tuvo como consecuencia la necesidad de más animales de carga para poder moverlo. White cree necesarios hasta ocho bueyes para poder moverlos. Pero un campesino cualquiera no podía permitirse tener ocho bueyes, por lo que todos los campesinos debieron de empezar a compartir sus yuntas. Pero esta repartición no fue la única, pues al abandonarse la forma cuadricular del campo (o enclosures) y sustituirlo por unos campos alargados y abiertos (open field) dio lugar a la aparición un consejo local de campesinos encargados de la distribución de las tierras a cultivar entre los propios campesinos. Era la introducción de algo en común, yo me arriesgaría a decir que estamos ante una forma muy primitiva de “comunismo”. Todo este tipo de consecuencias serían imposibles para White sin la existencia de un arado pesado .
En cuanto al origen del arado pesado hay también controversia acerca de si fueron los eslavos los que lo originaron o fueron ellos los que lo recibieron y los expandieron al resto de Europa. White no aclara tampoco esta problemática, sino que concluye que no antes del siglo VI se puede pensar en la utilización de dicho arado.
2. El descubrimiento del “caballo de fuerza”.
Si el primer paso de la “revolución agrícola” de la Plena Edad Media fue la creación de un nuevo arado pesado, el segundo paso será obtener innovaciones tecnológicas que beneficien a las fuerzas de carga o tiro. Estas innovaciones serán, la creación de un arnés, que junto a las herraduras de clavos para los caballos, hagan de éstos una verdadera fuerza económica y militar.
White asegura que no hay constancia segura de herraduras de clavos antes de fines del siglo IX, aunque no será hasta el siglo XI cuando se pueda hablar de una verdadera difusión de la herradura por occidente. Además White añade que para esa fecha las ventajas de la herradura eran notorias para el campesino y para el señor. Pero el caballo por si solo no es una buena fuerza de arada o transporte, necesita de la ayuda de un buen arnés para poder llevar a cabo esas tareas.
Para la cuestión del nuevo arnés, White cita a Richard Lefebvre des Noëtes, que ya establecía los dos tipos de arnés existentes:
a) Arnés de yugo: utilizado habitualmente para los bueyes, pero que se utilizaba para los caballos también. Este yugo hacía que el caballo no fuera rentable como animal de carga, puesto que los puntos de sujeción del arnés no eran adecuados para el caballo, impidiendo un riego constante de sangre y aire al animal. Además la fuerza que del caballo era transmitida a la cruz del yugo, que se situaba demasiado alta para poder obtener un rendimiento oportuno.
b) Arnés de collera: por el contrario al anterior este se formaba de una collera rígida y almohadillada, que descansaba sobre los hombros y que permitía el correcto funcionamiento de la circulación sanguínea y respiratoria del caballo. Además el sistema de transmisión de la fuerza a la carga era más adecuado, mediante varas o lianas laterales, que permitían que el caballo utilizase toda su fuerza para mover la carga.
Hasta que el campesino no descubrió este tipo de arnés no pudo emplear de manera eficaz al caballo como fuerza de carga, transporte y tracción. Aunque White se pregunta acerca de las ventajas del caballo sobre el buey, y se lamenta que los estudios que se hallan hecho sobre esto están hechos con animales modernos y no medievales, lógicamente. Aún así, estos experimentos concluyen que el caballo se desplaza con más velocidad que el buey, y también tenía mayor resistencia en el trabajo, con gran capacidad de arrastre, algo importante en el norte, donde las labores de rastreado eran importantes, más que en el sur .
Aunque la aparición de un nuevo arnés para los caballos no solo tuvo influencias en el mundo agrícola, sino que también en los transportes, con la aplicación a este arnés de collera de nuevos elementos tecnológicos, como los ejes oscilantes delanteros de la carreta, o la creación de carretas más grandes con cuatro ruedas, al tener más capacidad de arrastre el caballo.
3. La rotación de tres campos y el mejoramiento de la nutrición.
El sistema de rotación de tres campos para White tiene constancia a partir de fines del siglo VIII. Al igual que en los anteriores casos, White plantea dos situaciones: rotación de dos campos y rotación de tras campos.
En el sistema de rotación de campos bienal, una mitad del terreno se cultivaba productos de invierno; la otra parte se dejaba en barbecho. Al año siguiente simplemente se cambiarían.
En el sistema de rotación de tres campos, la tierra de cultivo se dividía en tres zonas: en una se sembraban cultivos de otoño e invierno, como el trigo o el centeno; en una segunda zona se cultivaban productos de primavera, como la avena, cebada, guisantes, garbanzos, lentejas o habas; la tercera zona se dejaba en barbecho. Al año siguiente el sistema rotaba, y en el primero se sembraban los cultivos de primavera, en el segundo se dejaba en barbecho, y en el tercero se cultivaban los productos de invierno.
White, como durante toda su obra, repara más en las ventajas de las innovaciones tecnológicas que afectan al norte de manera especial, como lo fue el sistema de rotación de tres campos. Así, este sistema de rotación trienal tenía cuatro consecuencias:
1) Aumentaba la superficie de cultivo para el campesino, al igual que su productividad, en un 50%
2) Distribuyó mejor a lo largo del año los trabajos de arada, siembra y recolección, aumentando el rendimiento de la labor.
3) Redujo considerablemente la posibilidad de una hambruna, al diversificar los cultivos.
4) La introducción de los cultivos de primavera, multiplicó la producción de elementos muy importantes para la vida normal, como fue la avena, alimento esencial para caballos.
White concluye en este capítulo, que toda esta revolución agraria que afectó en mayor medida al norte, que el centro de gravitación de Europa se trasladase del sur al norte. White describe un proceso muy rápido a raíz de la introducción de nuevas innovaciones tecnológicas: “los mayores beneficios que el campesino del norte obtenía de su labor elevaron su nivel de vida y por consiguiente, su capacidad adquisitiva de productos manufacturados. Esto le proporcionó excedentes de alimentos que, desde el siglo X en adelante, permitieron a su vez una rápida urbanización. En las nuevas ciudades surgió una clase de artesanos especializados y mercaderes, los “burgueses”, que pronto lograron alcanzar el dominio de sus comunidades y crearon una forma de vida nueva y característica: el capitalismo democrático. Y en este nuevo contorno germinó el rasgo predominante del mundo moderno: la tecnología de la fuerza mecánica”.
La exploración medieval de la energía y los dispositivos mecánicos.
White asegura que en el periodo desde el año 1000 hasta fines del siglo XV es una etapa de esfuerzos del ser humano por aplicar mecánicamente la naturaleza a los usos humanos y conseguir así economizar la mano de obra y obtener mayor rentabilidad.
1. La fuente de energía.
La principal fuente de energía a la que White se refiere es a la hidráulica, que aplicada por medio de ruedas, bielas y tornos consigue ejercer una fuerza para moler grano, cortar mármol...Esto ya sucedía antes del siglo XI.
En el siglo XI comienzan a aparecer molinos hidráulicos movidos por la fuerza de las mareas, pero el carácter itinerante de las mareas hacía que no dieran buenos resultados, pero se continuaron utilizando. Además la construcción de molinos hidráulicos en algunas zonas no era rentable, pues las aguas que por allí pasaban lo hacían con poca fuerza.
White, entonces, atribuye al “carácter exploratorio de la tecnología occidental” el que en el siglo XII se inventara el molino de viento, que rotaba en torno a un eje ligeramente inclinado por encima del horizonte con el objeto de asegurar un efecto de turbina en sus aspas. Para White este molino tuvo más aceptación, lo que hizo que durante el siglo XIII se difundiera por todo el norte de Europa. Para la Europa meridional, White piensa que su difusión se produjo más bien durante el XIV, puesto que en esta zona la fuerza de los ríos fuera mayor o no se helaran las aguas como al norte .
También durante este periodo, White asegura que ya se conocía la fuerza del vapor, pero no se desarrolló ningún invento para poder aplicarla, solo a partir del siglo parece haber ingenios que apliquen el vapor a una máquina. También otra serie de ingenios como la aparición de los cohetes, la pólvora.
2. Evolución del diseño de máquinas.
En este apartado se dedica a establecer la evolución que algunos inventos que ya se conocían en la Antigüedad, bien de Roma o bien desde Asía, y que en este periodo van a sufrir transformaciones y adaptaciones hacía los nuevos usos de vida. Es el caso de la manivela, que pasa a ser una doble manivela, y como conexión a esta, el pedal de muelle, con una de sus más importantes aplicaciones: el torno de hilar. También en esta época se asiste al perfeccionamiento del reloj mecánico.
(3. El concepto de una tecnología de la energía) También se abordan los inicios sobre el magnetismo, con la introducción de la brújula o de los orígenes de las teorías de la gravitación.
Conclusión y juicio crítico.
El libro de Lynn White supone una revolución en la concepción de la evolución de la sociedad humana, pues la pieza más insignificante sirve para crear nuevos usos y modos sociales. Además White lo hace de una manera muy adecuada, y es que se remonta a los primeros indicios o pruebas materiales o filológicas sobre la innovación tecnológica y desde ahí va tejiendo su teoría de manera sorprendente, desmontando una a una las teorías de otros historiadores o halagándolas.
Supone una verdadera obra de erudición, de años de estudio, y que nos hace ver la historia, no solo como la sucesión de acontecimientos políticos, sino también como una la influencia en la humanidad de sus propios inventos.
Como crítica a White, se puede decir que pasa por alto ciertas cuestiones, como por ejemplo al explicar el cambio de una agricultura que tiene como fuerza de tiro a los bueyes a otra con el caballo como fuerza de tiro. Aquí no tiene en cuenta que los caballos eran más caros que los bueyes, y constaba más mantenerlo, por lo que un campesino simple quizá no pudiera hacerse cargo de la manutención de un caballo o de su compra.
Por otro lado, sus análisis se centran de manera exclusiva en el norte, de Europa en muchas ocasiones, obviando lo que sucediera en el sur, o citándolo simplemente, sin tratar de abordarlo.
Por último, también se le puede acusar de un profundo difusionismo, siempre concibe uno o dos centros creadores que después lo van a irradiar al resto del mundo, pero nunca cree en la capacidad creadora de los pueblos, no cree que cada comunidad pueda crear por si sola las innovaciones tecnológicas, siempre han de venir de fuera.
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